Ha sido una etapa de olores,
más o menos intensos, pero siempre agradables. En condiciones normales también
los notaría pero supongo que el pedaleo cansino durante horas potencia todos
los sentidos de forma considerable.
Hasta
Mértola el paisaje era de monte bajo y especialmente hasta Cortes Pereiras predominaba una planta caracterizada por su bonita
flor llamada Esteva. Es una planta
muy abundante en el Alentejo y Algarve y en las regiones españolas de
Extremadura, Sierra Morena en Andalucía y Castilla. Fueron muchos kilómetros de
un estallido de color ya que los capullos estaban en pleno proceso de apertura.
En Santa Marta tomamos el cruce a la
derecha camino de Mértola y luego la N122 hasta Beja. La carretera
custodiada de árboles nos regaló una sombra agradecida durante buenos tramos.
La entrada a Mértola es
una bajada muy pronunciada hasta alcanzar el río, y la vista formidable ya que
en un mismo plano visual se aprecia el río, el puente y el castillo.
En esta localidad avituallamos en una tienda de comestibles y más
adelante, en
Azinhal paramos a comer
el bocadillo. Lo hicimos en un curioso lavadero de ropa comunitario donde había
puestos individuales de lavado pero no río ni estanque; el agua se sirve de un
grifo. A la vista del lugar, suponemos que es, o era en otros tiempos, una solución
barata e ingeniosa para lugares donde escasea el tan preciado líquido.
A nosotros nos sirvió para cobijarnos del ardoroso
sol, refrescarnos y relajarnos un tiempo.
En Vale de
Acor de Abaixo tomamos café. Solo y con un chorrito de buen brandy. Nos
cobraron cada uno a 50 céntimos. Quedamos sorprendidos y no sería la única vez;
aún hay gente honrada que evita el atraco tras un mostrador.
A la altura de Santa
Clara la N122
aboca a la IP2 una autoestrada que como tal es de uso
restringido a bicicletas. Tuvimos que continuar por la antigua nacional cuyo
estado del firme es bastante malo pero suficiente para llegar sin problemas a
Beja.
Al entrar en Beja
hay una gasolinera a mano izquierda y unos metros más adelante un cruce; se
tuerce a la derecha y a unos trescientos de metros se encuentra muy próximo la Pousada da Xuventude donde
nos alojamos. La habitación doble nos costó 14 € a cada uno pero las bicis
durmieron amarradas en el recinto de entrada. En el complejo disponen de menú
del día a precio asequible.
Mucha calor durante la etapa, del orden de los 29º y buena prueba de ello nos la dieron , ya entrada
la tarde, las ovejas, las cigüeñas y los viejos. Las unas, tiradas en los
cercados sin dar bocado; las otras, subidas al nido con las alas extendidas
dando sombra en un entrañable ejemplo maternal a sus cigoñinos, y finalmente
los viejos, apostados a la sombra en los umbrales de las casas buscando la
refrescante corriente de aire.
La anécdota
ocurrió a unos quince kilómetros antes de llegar a Beja: En un cruce a la
derecha encontramos dos conjuntos de elementos iguales, uno a la entrada del
cruce y otro en el medio de la isleta. Cada conjunto estaba formado por un
mantelito pequeño plastificado, con puntillas, y sobre él una botella de vino
espumoso o similar ya destapada con su
correspondiente copa de cristal; también seis puritos y una caja de cerillas y
como adorno un florero de vidrio con flores que en ambos casos estaba caído,
suponemos que por la acción del viento. La pregunta que nos hacemos..
¿superstición?. A las personas a las que
preguntamos al llegar a Beja les sonó a chino, ni idea. Lo cierto es que llama la atención del
conjunto su orden y pulcritud, es un bombazo a la vista en medio de la nada.
Algo que recuerda a celebración, a ofrenda, pero ¿a quién?, ¿por qué?.
Etapa 3.- BEJA – MONTEMOR O NOVO
102 km
Si de la etapa anterior comentaba que fue la de los
olores, esta podría definirla como la etapa de los colores.
Por fin
llegamos a un pueblo donde encontrar agua es fácil, de hecho tiene varias
fuentes de múltiples y generosos chorros. Nos referimos a Alvito. Un lugareño paró a dar de beber a la mula y Daniel le echó una mano, tal como se ve en la fotografía. Nos comenta que
la culpable de tanta abundancia es la sierra cercana. No es casualidad que pase
próximo un río y que dos albuferas bien visibles flanqueen la población a ambos
lados en el sentido de nuestra marcha.
Paramos en Alcáçovas para reponer fuerzas aprovechando la
proximidad de un parque.
Entre Viana
do Alentejo y Santiago do Escoural
lo llamativo fue la explosión de color de las grandes planicies laterales y
arcenes donde abundaba la mezcla de flores, el
amarillo y blanco de las margaritas y el violeta de otra flor que no
reconocí en la distancia pero que supongo era lavanda. Espectacular el conjunto.
Significar
también la abundancia de alcornoques en el tramo final, unos quince kilómetros
y las grandes manchas lila que de vez en cuando aparecía ocupando espacios
amplios entre ellos.
La cigüeñas en este viaje por Portugal merecen un
comentario aparte ya que hasta ahora no hemos dejado de verlas durante todo el
camino. Ya al comienzo, viajando en bus desde Sevilla a Huelva es impresionante
su número. Hay cientos de torres eléctricas culminadas con sus nidos y la
actividad de estas aves es frenética; hay que tener en cuenta que están en
pleno proceso de sacar adelante a sus crías.
Pues bien en
esta etapa hacia Montemor tenemos dos ejemplos muy llamativos: uno es la foto
de diez nidos ocupando una torre de alta tensión, y la otra, más i
mpresionante si cabe, la de un
bosque de unos veinticinco troncos de árbol secos completamente colonizado. Es
algo único.
Hablemos del trazado. Muy plano en general y con
grandes rectas por lo que antes de parar a comer ya habíamos recorrido 70 km.
Así todo, los últimos en subida por tierras de Santiago do Escoural fueron muy
jodidos, ya que el cansancio y el grandísimo calor hicieron mella en nosotros
de forma considerable. Se nota que estamos en las estribaciones de la sierra de
Monfurado.
Pernoctamos en la Residencia-Pensión
Ferreira. Está en la plaza de ‘General Humberto Delgado’;
todo limpio pero muy cutre especialmente el aseo. Es de suponer que en el
pueblo hay cosas mejores pero a veces el cansancio, las indicaciones y la hora
no te animan a seguir buscando.
Disfrutamos mucho tomando cerveza sentados en la
plaza junto a unos cuantos paisanos que se pusieron morados comiendo caracoles
alrededor de una tartera tipo rancho miliciano.
En Montemor o Novo el rey Don Manuel I promulgó en 1496 la orden de
descubrir una ruta marítima que llevara a la India. Tiene por
tanto su lugar en la historia.
Montemor tiene castillo y un Museo Arqueológico que
no pudimos visitar ya que llegamos tarde y estaba cerrado.
También tienen piscinas, de agua fría y caliente,
esta última era la única abierta en estas fechas. El traje de baño no debe
faltar nunca en nuestro equipaje.
Etapa 4.- MONTEMOR O NOVO - SANTAREM
90 km
Con mucho ha sido la etapa más tranquila hasta ahora.
Grandes planicies con subidas muy ligeras, muy fáciles.. Se nota que estamos en
plena zona central del Alentejo.
La temperatura no supuso hoy
dificultad alguna, más aún, acercándonos al final aparecieron ligeras nubes
blancas y la temperatura bajó significativamente al punto de que en la tarde
noche tuvimos que abrigarnos.
Volviendo al recorrido; el paisaje con mucha
vegetación y mucho árbol escoltando la carretera que buena sombra nos regaló en
las horas más soleadas.
Al acceder a
Coruche nos llamó la atención las
grandes extensiones te terreno cultivable parte de el inundado, a guisa de
arrozales. Es la muy fértil campiña del Valle del Sorraia donde se desarrolla
una intensa actividad agraria.
Pasamos por Almeirim.
conocido por sus vinos, y, muy especialmente, por la ‘sopa de pedra’ (sopa de piedra, hecha con carne y verduras,
según la leyenda de un monje mendigo)
Vamos al final de etapa, a Santarem, a unos 15
km. Llegamos por la
N114 y tuvimos que cruzar un largo puente sobre el río Tajo
donde hicimos alto para deleitarnos con el paisaje.
El tramo final es corto, unos dos km. de subida
pronunciada hasta en centro de la población.
Santarem es una ciudad grande, de
más de 40.000 habitantes que están orgullosos de su tradicional cría de
caballos y toros de lidia; las corridas de toros de esta ciudad son famosas.
Seguro que además tiene una interesante historia y no menos interesante arquitectura histórica
pero como otras veces el tiempo lo limita casi todo.
Hablando de tiempo, a partir de las nueve de la noche, nos fue difícil encontrar un bar o cafetería abierta.
Tan sólo un complejo comercial pero cierra a las once. La hora de diferencia
con el horario español y las costumbres de cerrar más temprano el comercio, o
el comer a la una ha sido un constante choque para nosotros.
Termino haciendo mención a la cantidad de peregrinos
que a píe iban camino de Fátima.
Etapa 5.- SANTAREM - PENELA
125 km
Arrancamos con el cielo cubierto, al punto que las
nubes cubrían el sol por completo. Supongo que gracias a esta circunstancia nos
fue más fácil padalear tantos kilómetros.
Desde un punto de vista técnico la etapa ha sido
mala; la carretera sin arcén, de trazado muy rompepiernas y como añadido la
pobre consideración que los conductores tienen con los ciclistas. Es frecuente
ver como nos adelantan muy pegados sin que se corten un pelo aunque vengan
vehículos en sentido contrario. Para algunos que las líneas sean continuas les
es indiferente. Y así será en adelante en mayor o en menor medida, aunque ha de
quedar claro que toda generalización acarrea la injusticia de meter en el mismo
saco incluso a los sensatos.
Parecerá exagerado pero más de una vez caminas con
la extraña sensación de que te pueden dar un empujoncito inesperado cuando
menos te lo esperas.
Esta no ha sido una etapa de paisajes llamativos,
pero sí nos sorprendió gratamente la población de Torres Novas, donde me dio la sensación de que estuvieran esperando
a que pasáramos por aquí para poner en marcha toda la maquinaria y el buen
hacer de la jardinería municipal. El césped, los parterres, setos y jardines
estaban impolutos, de diez, aunque el viaje nos ha dejado claro que en Portugal
se tiene un especial cuidado de los espacios comunes. Realmente precioso.
Al igual que
ayer, el flujo de peregrinos hacia Fátima
ha sido impresionante. Nos informan que se cumple este año el 90 aniversario de
las apariciones y que estaban convocados el domingo para celebrarlo; se
esperaba superar con facilidad el medio millón de personas. Han sido una buena
y permanente compañía hasta la localidad de Tomar donde ellos tomaban un desvío.
Un detalle arquitectónico llamo
mi atención por esta zona, me refiero al remate final de algunas chimeneas de
edificios con cierta antigüedad. Daba la idea de que alguien decidió colocar
encima la casita de Hansel y Gretel. Por ser más gráficos, es como si una
maqueta de la torre de la giralda de Sevilla, ahuecada, se colocara encima de
la chimenea, de tal forma que el humo escaparía por los huecos de las puerta y
ventanas. Un tanto barroco pero simpático. Pena de foto pero aquí se murió la
batería de la cámara.
Fin de etapa. No pensamos en Penela como final pero el cansancio hizo mella y alguien nos habló
de ‘Casa Mario’, O Bigode. Dormimos
en habitaciones individuales por 15
€ cada uno y cenamos por 6 € un estupendo estofado de cabra regado con vino peleón
de la zona. Son las sorpresas inesperadas del camino, culinarias en este caso.
Penela tiene
un restaurado castillo desde el cual se disfrutan unas vistas inmejorables.
El Ayuntamiento ha instalado acceso a Internet por
WIFI gratuito en las zonas públicas lo que me dio mucha envidia pensando en
el pueblo donde vivimos Daniel y yo, y además, mucha rabia porque aunque llevaba PDA no tenía conexión
inalámbrica. A ver si los Reyes…
Etapa 6.- PENELA - AVEIRO
101 km
Etapa con dos tramos realmente deferentes. Hasta Coimbra el firme de la carretera fue
malo, a veces demasiado, con bastantes subidas y un fuerte tráfico. Es
increíble que carreteras nacionales que enlazan poblaciones o ciudades
importantes se encuentren tan
deterioradas.
La entrada a Coimbra es en bajada, estaban en obras
y la calzada con estrechamientos. Si añadimos el tráfico abundante de acceso a
la ciudad resulta que de pronto nos
encontramos rodeados de enemigos
amenazadores y llenos de prisa. En cuanto nos fue posible buscamos la salida.
Optamos por el
camino hacia Mira evitando seguir
por la N1 y doy fe
de que la elección fue buena pues el firme es el mejor que pisamos hasta ahora,
ancho, con un gran arcén y con mucho menos tráfico. Eso sí, nos hicimos un
pequeño lío con las rotondas pero con tranquilidad y preguntando salimos del
trance.
De las poblaciones nada en especial exceptuando Aveiro a la que llaman la pequeña
Venecia portuguesa y no sin razón. Hablamos de canales navegables, de barcas,
góndolas; todo muy turístico. Independientemente de esto la ciudad es
hermosísima, con un comercio de calidad y muy cuidada por lo que recomendarla
para una pausada visita vacacional se hace muy fácil.
Cometí el error de dejar la cámara de fotos en el
albergue, así que la instantánea que ilustra este escrito tuve que bajarlas de
Internet.
El albergue da Xuventude donde pernoctamos es de
inferior categoría a los otros y se nota en lo austero de sus instalaciones.
Consecuentemente el coste fue barato: 9 € incluido el desayuno. Está situado al
lado del campo de fútbol del Averio donde a su vez está la Sociedad Colombófila,
gente esta muy agradable con la que nos echamos unas parrafadas mientras
tomábamos cerveza.
También aquí había acceso a Internet por wifi.
Etapa 7.- AVEIRO - PORTO
78 km
Ayer noche llovió lo que nos hizo temer que
continuase el mal tiempo. No fue así y solo antes de llegar a Oporto lo hizo de nuevo. Aprovechamos
para comer y con esta parada técnico–culinaria salvamos el tipo.
La etapa es relativamente llana salvo en el tramo
final donde topamos con alguna subida incómoda.
La entrada a Oporto la hicimos por el puente llamado
Del Infante y siguiendo indicaciones de quien nos las quiso dar entramos al
centro de la ciudad. Error grande pues el Albergue da Xuventude está situado
hacia la desembocadura del río Duero; hay que bajar al paseo marítimo, buscar
la calle Ouro hasta llegar a la
altura del Parque da Pasteleira,
está muy cerca.
La Suerte fue nuestra gran aliada a la hora de decidir parar
para comer, y por doble motivo ya que comimos cosa rica y de paso nos libramos
de la lluvia.
Pues sí, paramos a unos 12 km. de Oporto preguntamos
y nos indicaron un lugar de esos donde de cien, otras tantas pasaríamos de
largo. Es domingo así que nos obsequiamos con un cocido portugués carajudo
rodeados de gente muy llana y donde pagamos tan solo 8 € cada uno, vino y café
incluido. Todo ello sudados, no muy aseados y vestidos de faena; aun así los
vecinos de mesa fueron comprensivos y muy amables, diría que hasta nos
admiraban.
Para no perder la rutina, la calzada lamentable, los
conductores lamentables, algunos, estoy convencido de que nos consideran
intrusos, estorbos estúpidos en su camino. ¡Serán túzaros!
Vimos muy poco de Oporto, siendo tanto lo que hay
que ver. Lo que dio de si un largo paseo andando y poco más. Daniel montó en
uno de los barcos que hacen un recorrido turístico por el río Duero.
De los paisajes de la etapa no destaco nada en
particular porque ahora ya son eminentemente urbanos, más, cuanto más nos
acercamos al norte del país.
Era festivo así que encontramos mucho ciclista
dominguero, como debe de ser, pero echamos de menos algún que otro saludo de
‘coleguilla’.
Etapa 8.- PORTO-VIANA DO CASTELO
91 km
Para olvidar.
La salida de Oporto
fue desesperante, eterna y ‘dolorosa’. Empezamos con lluvia, poca pero como
consecuencia del suelo mojado yo me caí. Patiné sobre uno de los carriles del
tranvía y me di un costalazo del quince. Aunque la alforja ejerció de airbag
lateral no pude evitar machacar el codo la cadera y el hombro. Una semana
después aun me dolía. En todo caso, nada comparado con mi historial de tortazos
que incluyen entre otras, la rotura por dos veces de la misma clavícula.
Con todo, lo peor fue que
tomamos una salida equivocada en la circunvalación norte de la ciudad.
Pretendíamos localizar la EN13 que nos llevaría directos a Viana
do Castelo pero la piciamos. Digo bien porque las vueltas que dimos
buscando la carretera fueron incontables. Todo el mundo era muy amable pero todos
nos dirigían a la autopista, cosa prohibida para ciclistas. Fueros más de 20 km. en plan turista, peor,
inútiles y llegamos a un punto de desesperación tal que abandonados por la parte más sensata de nuestro ser entramos
en la autopista con la idea de avanzar buscando la salida. Visto con la
perspectiva que da el estar relajados en casa la vergüenza me invade.
La anécdota del día tenía que llegar y llegó: La
policía de tráfico nos localizó y nos paró. Temimos lo peor cuando uno de ellos
se puso a manipular algo dentro del coche y nosotros tradujimos el gesto en
multazo gordo. Quizá fue las caras de panoli, de cabreo, de susto, yo que se,
lo cierto es que este buen hombre se portó genial y después de unas cuantas
indicaciones nos dejó continuar.
Localizamos por fin la nacional 13 después de unos
cuantos kilómetros más haciendo turismo. Vimos un faro precioso que de otra
forma no llegaríamos a encontrar y para contrarrestar, una industria asquerosa
con apariencia de refinería y que no teníamos que habernos encontrado.
Tal como iba el día acordarse del ingeniero Murphy
tenia sentido y desde luego su famosa ley “si
algo tiene la posibilidad de salir mal, saldrá mal” no nos defraudó, porque
además de lo anterior, el aire nos
empujó hacia atrás insistentemente y encontramos dos puente en obras, uno
de ellos lo cruzamos a pie haciendo algún malabarismo dada la estrechez del
espacio.
Atravesar Póvoa
de Varzim fue una locura mientras duró, se formó una caravana enorme por el
centro de la ciudad que tuvimos que ‘torear’ como pudimos entre coches por el
asfalto y peatones por las aceras.
Del paisaje no hablo porque tal como transcurrió la
etapa ni puñetera gana de fijarme.
El Albergue da Xuventude bien, en la línea de los
anteriores. 32 € habitación doble con baño.
Tenían acceso a Internet pero pagando 2 € por 35’ de uso, carísimo, aunque yo
tuve la suerte de que el contador se bloqueo y lo use casi una hora y además charle con mi hijo por Messenger
ahorrándome unas pelas de móvil.
Lo poco que vi de Viana durante el paseo me gustó.
Está cerca de Pontevedra así que no descarto una visita con tranquilidad. Una
de las fotos muestra un tapete florido que estaba expuesto en una plaza y la
otra la famosa iglesia de Santa Luzia.
A última hora del día, en la
cafetería del albergue conocimos a Erik
un alemán de unos 70 años pletóricos. Que tío, de mayor quiero estar como él.
Etapa 9.- VIANA DO CASTELO-VALENÇA
54 km
En el desayuno volvimos a coincidir con Erik y admiramos su
bicicleta, una híbrida preparada adecuadamente para el cicloturismo de
carretera. Salió de Alemania, hizo el Camino Francés y ahora va hacia Málaga
bordeando la costa de Portugal pasando por Fátima para finalmente regresar a
Alemania vía aérea.
Fabuloso. Si la cara
es el espejo del alma a este hombre no se le ve nada cansado. Está estupendo.
Etapa corta la de hoy que además es la última
portuguesa y penúltima de nuestro periplo personal. Va acercándose la hora del
deber cumplido a la vez que el fin de una ilusión, de un proyecto que resultó
estupendo y aconsejable siempre.
Más de lo mismo en lo referente a la carretera,
estado regular y siempre en ligera subida.
Llegamos a Caminha y paramos a tomar café. Es la
población que marca un punto de ruptura con Portugal pues siendo aun tierra
lusa desde aquí se divisa el otro lado del Miño,
tierra española. Allá se ve pletórico el monte ‘Santa Tegra’. A partir de aquí, escoltados siempre por el Miño y
por su valle llegamos al fin de etapa en Valença
do Minho, límite físico con España. Mañana cruzaremos la frontera por el
mítico puente de hierro para pasar a Tuy
y continuar hasta Pontevedra.
El albergue de peregrinos es nuevo, estupendo y
gratuito, aunque echar la ‘voluntad’ en la hucha del mostrador es aconsejable y
razonable ya que el albergue necesita un mantenimiento diario que con todo
cariño y de forma altruista hacen personas voluntarias de la ciudad.
Hoy tiene un solo habitante, un italiano que va
camino de Lisboa. Salió caminando desde Turín hacia Lourdes y continuó por el
Camino Francés hasta Santiago. Otro trotamundos.
Hablar de Viana, para nosotros los gallegos
que la tenemos a corta distancia, es hablar
de feria semanal a la que casi todo el mundo hemos ido alguna vez,
y de su Fortaleza esa obra de arquitectura
militar gótica y barroca tan impresionante, y bien cuidada, cuyos primeros
muros fueron construidos en año 1200. Un buen sitio para tomar un arrocito en
alguno de sus muchos restaurantes.
La foto aérea de la Fortaleza esta bajada de
Internet.
Etapa 10 VALENÇA-PONTEVEDRA-MARIN
64 km
Entramos en España, por Tuy,
cruzando el puente de hierro sobre el Río Miño.
Hace mucho tiempo que no circulaba por la carretera
N550 y la decepción ha sido enorme. Después de tanta crítica a las carreteras
portuguesas debo reconocer que lo peor con diferencia ha sido esta, que esta
absolutamente abandonada, sin apenas margen en los arcenes, llena de gravilla y
baches para dar y tomar. ¡Toma
bofetada!. Un escándalo y un peligro para los ciclistas.
En el tramo Tuy
– O Porriño se debe atravesar en
toda su longitud el polígono industrial. Luego buscar la salida a Redondela y encararse con esos
vergonzantes 14 km.
por dicha N550.
A la salida de Porriño Daniel continuó hasta
Pontevedra por el Camino Portugués original y por lo que me contó salió
bastante decepcionado también; en su caso por el abandono y la mala
señalización. En ambos casos el trazado es llano.
Estamos hablando ya de una etapa del denominado
Camino Portugués a Santiago y por lo tanto con mucha literatura sobre ello al
alcance de todo el mundo.
Pasado Redondela, quien continúe por el trazado ‘del
camino’ encontrará dos subidas, una pequeña en la Lomba, en Cesantes, y otra larga, la de la Canicouva. Nada
que deba preocupar.
Estamos por tierras de las Rías Bajas, así que
atentos al increíble paisaje.
Pontevedra es un lugar digno de visita
tranquila. Recomiendo pernoctar en el albergue de la Xunta de Galicia que
gestionan de forma excelente la
Asociación de Amigos del Camino Portugués.
Le llaman la ciudad de la piedra y eso se nota
enseguida.
Hay en Pontevedra un casco antiguo muy hermoso con
múltiples lugares de tapeo.
No perderse una visita al Santuario de la Peregrina y a la iglesia
de Santa María. El museo es uno de los importantes de España. Todo en un
pañuelo.
FIN DE RUTA