sábado, 28 de septiembre de 2013

Así es la ruta

La Ruta transcurre cruzando Portugal en diagonal, de sudeste a noreste

Comienza en Vila Real de Santo Antonio y continua hasta Valença do Minho. Ya en España progresa hasta Pontevedra donde finaliza

Son, aproximadamente, 851 km repartidos como sigue:
Etapas:

1 - Vila Real de Santo Antonio-Alcoutim 45 km

2 – Alcoutim-Beja 91 km

3 – Beja-Montemor o Novo 102 km

4 – Montemor o Novo-Santarem 90 km

5 – Santarem-Penela 125 km

6 – Penela-Aveiro 101 km

7 – Aveiro-Porto 88 km

8 – Porto-Viana do Castelo 91 km

9 – Viana do Castelo-Valença do Minho 54 km

10 – Valença do Minho-Pontevedra 64 km


De los caminos a Santiago de Compostela el más próximo a nosotros los pontevedreses, el más ‘nuestro’, es el Camino Portugués.

A pesar de su nombre es en España, en el tramo Tuy a Santiago, donde de verdad se cuida y potencia. Dentro de Portugal desgraciadamente no ocurre lo mismo, aunque ya hay personas interesadas que con empeño personal pelean para conseguir consolidarlo.

A mi colega Daniel y a mi mismo nos ilusionó “abrir” una nueva ruta, inédita para nosotros, que uniera el sur de Portugal con este Camino Portugués justo hasta nuestro lugar de residencia en Pontevedra.

Creemos que para los cicloturistas peregrinos es una ruta alternativa a la Ruta de La Plata y además establece un reto distinto al mantener una relación con otras gentes de un país vecino tan querido por nosotros.

Para quien desee peregrinar por esta ruta tan solo le quedará por recorrer la etapa:

Pontevedra-Santiago de Compostela de 58 Km

DIARIO DE RUTA



PREPARATIVOS
 

Al igual que en 2006 iniciamos otra nueva experiencia de viaje durante diez días. Mi compañero de viaje es Daniel.

El domingo 6 de mayo de 2007 (día de la madre) tomamos el autobús camino de Andalucía para posteriormente pasar a Portugal e iniciar el viaje de regreso a Galicia atravesando el país entero, de sur a norte.

Salimos de Pontevedra a las 17,40. Facturamos las bicicletas que viajan en el mismo bus que nosotros. Llegaremos a Sevilla al amanecer del día 7.
La experiencia del año pasado ha servido para que seamos más prácticos a la hora de los preparativos. Llevamos varios días ocupados en la tramitación de documentos y en la puesta a punto de la bicicleta.

Serán muchos kilómetros de ruta, así que es necesario conseguir la mayor fiabilidad y por ello la bicicleta fue desmontada , revisada y engrasada a conciencia, pastillas de freno nuevas, tensado de radios, cables de cambio nuevos etc., etc. .. una pasta.

Viajar por otro país, Portugal en este caso, requiere unas precauciones mínimas así que hubo que moverse para conseguir:

TARJETA EUROPEA de asistencia sanitaria. Por razones obvias. Se obtiene de forma inmediata acudiendo a una oficina de la Seguridad Social con el carnet de identidad y la tarjeta sanitaria.

ACTIVAR SERVICIO ROAMING con la compañía de telefonía para poder hacer o recibir llamadas desde el teléfono móvil.

CARNET DE ALBERGUISTA. Es necesario para poder utilizar la red de albergues. Los precios son más asequibles y las instalaciones aportan una infraestructura y servicios de buena calidad.

CREDENCIAL DEL PEREGRINO. Pueden conseguirse en albergues, parroquias etc. Recogen los sellos que confirman el cumplimiento de las etapas. Puede sustituirse por un diario de ruta, con las firmas y sellos del Camino. Es necesaria si se desea pernoctar en albergues de la Xunta de Galicia a precios módicos.

La bicicleta viaja en el mismo bus que nosotros pero facturada, debidamente empaquetada y protegida.


Nuestro particular proceso de embalaje consiste en desmontar la rueda delantera, doblar el manillar hacia un lado y colocar las alforjas con todo su contenido, saco, esterilla etc. sobre la parte central de la bici. Reforzamos los puntos  más delicados o de posible contacto con el suelo con cartones y se  envuelve todo el conjunto con una tira ancha de plástico de burbujas y se ata y remata con cinta ancha adhesiva. Es sencillo y queda bien a un coste muy reducido, aunque algo pesado.
Me preocupa la ropa para el equipaje. Nunca parece suficiente y no es de extrañar, ya que no hay nada peor que mojarse en ruta. Es difícil lavar y secar en el mismo día y si hablamos del calzado apaga y vamos. Esto forma parte también del mayor o menor grado de aventura que depara cada viaje añadido a otras componentes como climatología, mecánica, salud, suerte, etc., si no fuera así cada viaje resultaría menos atractivo. 

El frío se sufre, lo mismo que el cansancio o la desgana, pero cada día hay que pedalear y si el anterior ha llovido tenemos un problema. Lavar la  ropa es fácil, pero no siempre es posible secarla. Con el calzado, la experiencia nos ha demostrado lo maravilloso que es el papel de periódico como secante. Unas cuantas bolas introducidas en las zapatillas y repuestas tres o cuatro veces las dejan listas en pocas horas.

Haré un resumen de cada etapa, breve, con algún dato sobre la ruta e impresiones personales que den una ligera idea de lo que ha sido el día. Disponemos de un tiempo limitado y no podemos permitirnos el ejercer de turistas al uso. 




Etapa 1. VILA REAL DE SANTO ANTONIO – ALCOUTIM


45 km.

Es la mañana del día 7 de mayo de 2007. Comenzamos a pedalear



7,30.-Llegada a Sevilla en bus.

9,30.- Salida en bus hacia Huelva con final en Ayamonte.

13,40.-Salida en transbordador para cruzar el río Guadiana desde Ayamonte a Vila Real de Santo Antonio en Portugal. De reojo miramos hacia Isla Canela y apreciamos el contraste del estuario con las moles inmobiliarias. No nos gusta.


Tomamos café en el propio puerto y comenzamos a pedalear. El cuerpo pide descanso pues ha sido una noche muy larga de viaje y solo hemos conseguido das unas cuantas cabezadas.



Es los seis kilómetros siguientes atravesamos la Reserva Natural del Sepal de Castro Marim e de Vila Real de Santo António. Junto a la carretera contemplamos pantanos, salinas y pastos; un amplio humedal que vierte sus aguas en el estuario del Guadiana.



Llegando a Castro Marim divisamos su castillo y la fortaleza. Esta última está siendo restaurada y el castillo, del siglo XIII, tiene una pendiente considerable que habría de subirse a píe por lo que desistimos del intento; además eran las seis de la tarde.




Salimos en dirección a Beja. En el cruce que indica a Odeleite, a la derecha hacia Alcaria para continuar por una carretera paralela al Río Guadiana en lo que supone una vera muy hermosa llena de huerta tradicional y frutales. De la dulzura de las naranjas damos fe nosotros y también de los frutos de un níspero a pie de camino al que asaltamos con un cierto sentimiento de culpa.



Atravesamos pequeños pueblos muy solitarios, como Guerreiros do Río o El Romerano, y entre pequeñas subidas y bajadas asomamos al final de etapa donde no dejó de sorprendernos la hermosura del paisaje a orillas del río con sus barcos siempre al fondo, poblaciones y embarcaderos, también al otro lado, el lado de España. El Guadiana es barrera natural entre Portugal y nuestro país en sus 54 km últimos, aproximadamente, antes de su desembocadura en Vila Real de Santo Antonio.


El Albergue da Xuventude de Alcoutim es estupendo. Pudimos disfrutar incluso de un reconfortante baño en la piscina. Nuestra habitación, con aseo, tiene espléndidas vistas al río, además como en el resto de albergues disfrutamos de un buen desayuno incluido en el precio. Aquí fueron 14 € cada uno por la habitación.



Nos dijeron que las bicicletas quedaran atadas a una barandilla en el exterior cosa que no era de nuestro agrado, así que un tanto a escondidas las metimos a dormir con nosotros. Además éramos los únicos clientes y aquello no tenía el más mínimo ambiente.



En nuestro paseo vespertino los aproximadamente 26 grados de temperatura obligaban al ambiente de terraza y cerveza. Hay un bar donde ponen tapas variadas que llaman “pires”, bastante completas y por tan solo 1,5 € unidad. Con un par de ellas y una cerveza quedas apañado, si no te llamas Daniel, claro. Mi compañero es de un comer contundente.


 
Etapa 2 .- ALCOUTIM - BEJA

91 km.


Comenzamos el día con 5 km. de ascenso, aunque suave. El resto de la jornada un sube y baja constante hasta Beja. Sin problemas.

Ha sido una etapa de olores, más o menos intensos, pero siempre agradables. En condiciones normales también los notaría pero supongo que el pedaleo cansino durante horas potencia todos los sentidos de forma considerable.
 
Hasta Mértola el paisaje era de monte bajo y especialmente hasta Cortes Pereiras predominaba una planta caracterizada por su bonita flor llamada Esteva. Es una planta muy abundante en el Alentejo y Algarve y en las regiones españolas de Extremadura, Sierra Morena en Andalucía y Castilla. Fueron muchos kilómetros de un estallido de color ya que los capullos estaban en pleno proceso de apertura.

En Santa Marta tomamos el cruce a la derecha camino de Mértola y luego la N122 hasta Beja. La carretera custodiada de árboles nos regaló una sombra agradecida durante buenos tramos.

La entrada a Mértola es una bajada muy pronunciada hasta alcanzar el río, y la vista formidable ya que en un mismo plano visual se aprecia el río, el puente y el castillo.

En esta localidad avituallamos en una tienda de comestibles y más adelante, en Azinhal paramos a comer el bocadillo. Lo hicimos en un curioso lavadero de ropa comunitario donde había puestos individuales de lavado pero no río ni estanque; el agua se sirve de un grifo. A la vista del lugar, suponemos que es, o era en otros tiempos, una solución barata e ingeniosa para lugares donde escasea el tan preciado líquido.A nosotros nos sirvió para cobijarnos del ardoroso sol, refrescarnos y relajarnos un tiempo.

En Vale de Acor de Abaixo tomamos café. Solo y con un chorrito de buen brandy. Nos cobraron cada uno a 50 céntimos. Quedamos sorprendidos y no sería la única vez; aún hay gente honrada que evita el atraco tras un mostrador.

A la altura de Santa Clara la N122 aboca a la IP2  una autoestrada que como tal es de uso restringido a bicicletas. Tuvimos que continuar por la antigua nacional cuyo estado del firme es bastante malo pero suficiente para llegar sin problemas a Beja.

Al entrar en Beja hay una gasolinera a mano izquierda y unos metros más adelante un cruce; se tuerce a la derecha y a unos trescientos de metros se encuentra muy próximo la Pousada da Xuventude donde nos alojamos. La habitación doble nos costó 14 € a cada uno pero las bicis durmieron amarradas en el recinto de entrada. En el complejo disponen de menú del día a precio asequible.

Mucha calor durante la etapa, del orden de los 29º y buena prueba de ello nos la dieron , ya entrada la tarde, las ovejas, las cigüeñas y los viejos. Las unas, tiradas en los cercados sin dar bocado; las otras, subidas al nido con las alas extendidas dando sombra en un entrañable ejemplo maternal a sus cigoñinos, y finalmente los viejos, apostados a la sombra en los umbrales de las casas buscando la refrescante corriente de aire.
 
La anécdota ocurrió a unos quince kilómetros antes de llegar a Beja: En un cruce a la derecha encontramos dos conjuntos de elementos iguales, uno a la entrada del cruce y otro en el medio de la isleta. Cada conjunto estaba formado por un mantelito pequeño plastificado, con puntillas, y sobre él una botella de vino espumoso o similar ya destapada  con su correspondiente copa de cristal; también seis puritos y una caja de cerillas y como adorno un florero de vidrio con flores que en ambos casos estaba caído, suponemos que por la acción del viento. La pregunta que nos hacemos.. ¿superstición?. A las personas a las que  preguntamos al llegar a Beja les sonó a chino, ni idea.  Lo cierto es que llama la atención del conjunto su orden y pulcritud, es un bombazo a la vista en medio de la nada. Algo que recuerda a celebración, a ofrenda, pero ¿a quién?, ¿por qué?.


Etapa 3.- BEJA – MONTEMOR O NOVO

102 km

Si de la etapa anterior comentaba que fue la de los olores, esta podría definirla como la etapa de los colores.

Por fin llegamos a un pueblo donde encontrar agua es fácil, de hecho tiene varias fuentes de múltiples y generosos chorros. Nos referimos a Alvito. Un lugareño paró a dar de beber a la mula y Daniel le echó una mano, tal como se ve en la fotografía. Nos comenta que la culpable de tanta abundancia es la sierra cercana. No es casualidad que pase próximo un río y que dos albuferas bien visibles flanqueen la población a ambos lados en el sentido de nuestra marcha.

Paramos en Alcáçovas  para reponer fuerzas aprovechando la proximidad de un parque.
 
Entre Viana do Alentejo y Santiago do Escoural lo llamativo fue la explosión de color de las grandes planicies laterales y arcenes donde abundaba la mezcla de flores, el  amarillo y blanco de las margaritas y el violeta de otra flor que no reconocí en la distancia pero que supongo era lavanda. Espectacular el conjunto.

Significar también la abundancia de alcornoques en el tramo final, unos quince kilómetros y las grandes manchas lila que de vez en cuando aparecía ocupando espacios amplios entre ellos.

La cigüeñas en este viaje por Portugal merecen un comentario aparte ya que hasta ahora no hemos dejado de verlas durante todo el camino. Ya al comienzo, viajando en bus desde Sevilla a Huelva es impresionante su número. Hay cientos de torres eléctricas culminadas con sus nidos y la actividad de estas aves es frenética; hay que tener en cuenta que están en pleno proceso de sacar adelante a sus crías.
Pues bien en esta etapa hacia Montemor tenemos dos ejemplos muy llamativos: uno es la foto de diez nidos ocupando una torre de alta tensión, y la  otra, más i

mpresionante si cabe, la de un bosque de unos veinticinco troncos de árbol secos completamente colonizado. Es algo único.

Hablemos del trazado. Muy plano en general y con grandes rectas por lo que antes de parar a comer ya habíamos recorrido 70 km.

Así todo, los últimos en subida por tierras de Santiago do Escoural fueron muy jodidos, ya que el cansancio y el grandísimo calor hicieron mella en nosotros de forma considerable. Se nota que estamos en las estribaciones de la sierra de Monfurado.

Pernoctamos en la Residencia-Pensión Ferreira. Está en la plaza de ‘General Humberto Delgado’; todo limpio pero muy cutre especialmente el aseo. Es de suponer que en el pueblo hay cosas mejores pero a veces el cansancio, las indicaciones y la hora no te animan a seguir buscando.

Disfrutamos mucho tomando cerveza sentados en la plaza junto a unos cuantos paisanos que se pusieron morados comiendo caracoles alrededor de una tartera tipo rancho miliciano.

En Montemor o Novo el rey Don Manuel I promulgó en 1496 la orden de descubrir una ruta marítima que llevara a la India. Tiene por tanto su lugar en la historia.
Montemor tiene castillo y un Museo Arqueológico que no pudimos visitar ya que llegamos tarde y estaba cerrado.

También tienen piscinas, de agua fría y caliente, esta última era la única abierta en estas fechas. El traje de baño no debe faltar nunca en nuestro equipaje.

Etapa 4.- MONTEMOR O NOVO - SANTAREM

90 km

Con mucho ha sido la etapa más tranquila hasta ahora. Grandes planicies con subidas muy ligeras, muy fáciles.. Se nota que estamos en plena zona central del Alentejo.
La temperatura no supuso hoy dificultad alguna, más aún, acercándonos al final aparecieron ligeras nubes blancas y la temperatura bajó significativamente al punto de que en la tarde noche tuvimos que abrigarnos.
Volviendo al recorrido; el paisaje con mucha vegetación y mucho árbol escoltando la carretera que buena sombra nos regaló en las horas más soleadas.

Al acceder a Coruche nos llamó la atención las grandes extensiones te terreno cultivable parte de el inundado, a guisa de arrozales. Es la muy fértil campiña  del Valle del Sorraia donde se desarrolla una  intensa actividad agraria.

Pasamos por Almeirim. conocido por sus vinos, y, muy especialmente, por la ‘sopa de pedra’  (sopa de piedra, hecha con carne y verduras, según la leyenda de un monje mendigo)

Vamos al final de etapa, a Santarem, a unos 15 km. Llegamos por la N114 y tuvimos que cruzar un largo puente sobre el río Tajo donde hicimos alto para deleitarnos con el paisaje.
El tramo final es corto, unos dos km. de subida pronunciada hasta en centro de la población.
Santarem es una ciudad grande, de más de 40.000 habitantes que están orgullosos de su tradicional cría de caballos y toros de lidia; las corridas de toros de esta ciudad son famosas. Seguro que además tiene una interesante historia  y no menos interesante arquitectura histórica pero como otras veces el tiempo lo limita casi todo.

Hablando de tiempo, a partir de las nueve de la noche, nos fue  difícil encontrar un bar o cafetería abierta. Tan sólo un complejo comercial pero cierra a las once. La hora de diferencia con el horario español y las costumbres de cerrar más temprano el comercio, o el comer a la una ha sido un constante choque para nosotros.

Termino haciendo mención a la cantidad de peregrinos que a píe iban camino de Fátima.

Etapa 5.- SANTAREM - PENELA

125 km

Arrancamos con el cielo cubierto, al punto que las nubes cubrían el sol por completo. Supongo que gracias a esta circunstancia nos fue más fácil padalear tantos kilómetros.

Desde un punto de vista técnico la etapa ha sido mala; la carretera sin arcén, de trazado muy rompepiernas y como añadido la pobre consideración que los conductores tienen con los ciclistas. Es frecuente ver como nos adelantan muy pegados sin que se corten un pelo aunque vengan vehículos en sentido contrario. Para algunos que las líneas sean continuas les es indiferente. Y así será en adelante en mayor o en menor medida, aunque ha de quedar claro que toda generalización acarrea la injusticia de meter en el mismo saco incluso a los sensatos.
Parecerá exagerado pero más de una vez caminas con la extraña sensación de que te pueden dar un empujoncito inesperado cuando menos te lo esperas.

Esta no ha sido una etapa de paisajes llamativos, pero sí nos sorprendió gratamente la población de Torres Novas, donde me dio la sensación de que estuvieran esperando a que pasáramos por aquí para poner en marcha toda la maquinaria y el buen hacer de la jardinería municipal. El césped, los parterres, setos y jardines estaban impolutos, de diez, aunque el viaje nos ha dejado claro que en Portugal se tiene un especial cuidado de los espacios comunes. Realmente precioso.

Al igual que ayer, el flujo de peregrinos hacia Fátima ha sido impresionante. Nos informan que se cumple este año el 90 aniversario de las apariciones y que estaban convocados el domingo para celebrarlo; se esperaba superar con facilidad el medio millón de personas. Han sido una buena y permanente compañía hasta la localidad de Tomar donde ellos tomaban un desvío.

Un detalle arquitectónico llamo mi atención por esta zona, me refiero al remate final de algunas chimeneas de edificios con cierta antigüedad. Daba la idea de que alguien decidió colocar encima la casita de Hansel y Gretel. Por ser más gráficos, es como si una maqueta de la torre de la giralda de Sevilla, ahuecada, se colocara encima de la chimenea, de tal forma que el humo escaparía por los huecos de las puerta y ventanas. Un tanto barroco pero simpático. Pena de foto pero aquí se murió la batería de la cámara.


Fin de etapa. No pensamos en Penela como final pero el cansancio hizo mella y alguien nos habló de ‘Casa Mario’, O Bigode. Dormimos en habitaciones  individuales  por  15 € cada uno y cenamos por 6 € un estupendo estofado de cabra regado con vino peleón de la zona. Son las sorpresas inesperadas del camino, culinarias en este caso.

Penela tiene un restaurado castillo desde el cual se disfrutan unas vistas inmejorables.

El Ayuntamiento ha instalado acceso a Internet por WIFI gratuito en las zonas públicas lo que me dio mucha envidia pensando en el pueblo donde vivimos Daniel y yo, y además, mucha rabia porque aunque llevaba PDA no tenía conexión inalámbrica. A ver si los Reyes…


Etapa 6.- PENELA - AVEIRO

101 km

Etapa con dos tramos realmente deferentes. Hasta Coimbra el firme de la carretera fue malo, a veces demasiado, con bastantes subidas y un fuerte tráfico. Es increíble que carreteras nacionales que enlazan poblaciones o ciudades importantes se encuentren  tan deterioradas.

La entrada a Coimbra es en bajada, estaban en obras y la calzada con estrechamientos. Si añadimos el tráfico abundante de acceso a la ciudad  resulta que de pronto nos encontramos rodeados de enemigos amenazadores y llenos de prisa. En cuanto nos fue posible buscamos la salida.

Optamos por el camino hacia Mira evitando seguir por la N1 y doy fe de que la elección fue buena pues el firme es el mejor que pisamos hasta ahora, ancho, con un gran arcén y con mucho menos tráfico. Eso sí, nos hicimos un pequeño lío con las rotondas pero con tranquilidad y preguntando salimos del trance.

De las poblaciones nada en especial exceptuando Aveiro a la que llaman la pequeña Venecia portuguesa y no sin razón. Hablamos de canales navegables, de barcas, góndolas; todo muy turístico. Independientemente de esto la ciudad es hermosísima, con un comercio de calidad y muy cuidada por lo que recomendarla para una pausada visita vacacional se hace muy fácil.
Cometí el error de dejar la cámara de fotos en el albergue, así que la instantánea que ilustra este escrito tuve que bajarlas de Internet.

El albergue da Xuventude donde pernoctamos es de inferior categoría a los otros y se nota en lo austero de sus instalaciones. Consecuentemente el coste fue barato: 9 € incluido el desayuno. Está situado al lado del campo de fútbol del Averio donde a su vez está la Sociedad Colombófila, gente esta muy agradable con la que nos echamos unas parrafadas mientras tomábamos cerveza.

También aquí había acceso a Internet por wifi.


Etapa 7.- AVEIRO - PORTO

78 km

Ayer noche llovió lo que nos hizo temer que continuase el mal tiempo. No fue así y solo antes de llegar a Oporto lo hizo de nuevo. Aprovechamos para comer y con esta parada técnico–culinaria salvamos el tipo.

La etapa es relativamente llana salvo en el tramo final donde topamos con alguna subida incómoda.

La entrada a Oporto la hicimos por el puente llamado Del Infante y siguiendo indicaciones de quien nos las quiso dar entramos al centro de la ciudad. Error grande pues el Albergue da Xuventude está situado hacia la desembocadura del río Duero; hay que bajar al paseo marítimo, buscar la calle Ouro hasta llegar a la altura del Parque da Pasteleira, está muy cerca.

La Suerte fue nuestra gran aliada a la hora de decidir parar para comer, y por doble motivo ya que comimos cosa rica y de paso nos libramos de la lluvia.

Pues sí, paramos a unos 12 km. de Oporto preguntamos y nos indicaron un lugar de esos donde de cien, otras tantas pasaríamos de largo. Es domingo así que nos obsequiamos con un cocido portugués carajudo rodeados de gente muy llana y donde pagamos tan solo 8 € cada uno, vino y café incluido. Todo ello sudados, no muy aseados y vestidos de faena; aun así los vecinos de mesa fueron comprensivos y muy amables, diría que hasta nos admiraban.

Para no perder la rutina, la calzada lamentable, los conductores lamentables, algunos, estoy convencido de que nos consideran intrusos, estorbos estúpidos en su camino. ¡Serán túzaros!

Vimos muy poco de Oporto, siendo tanto lo que hay que ver. Lo que dio de si un largo paseo andando y poco más. Daniel montó en uno de los barcos que hacen un recorrido turístico por el río Duero.

De los paisajes de la etapa no destaco nada en particular porque ahora ya son eminentemente urbanos, más, cuanto más nos acercamos al norte del país.

Era festivo así que encontramos mucho ciclista dominguero, como debe de ser, pero echamos de menos algún que otro saludo de ‘coleguilla’.


Etapa 8.- PORTO-VIANA DO CASTELO

91 km

Para olvidar.

La salida de Oporto fue desesperante, eterna y ‘dolorosa’. Empezamos con lluvia, poca pero como consecuencia del suelo mojado yo me caí. Patiné sobre uno de los carriles del tranvía y me di un costalazo del quince. Aunque la alforja ejerció de airbag lateral no pude evitar machacar el codo la cadera y el hombro. Una semana después aun me dolía. En todo caso, nada comparado con mi historial de tortazos que incluyen entre otras,  la rotura por dos veces de la misma clavícula.

Con todo, lo peor fue que tomamos una salida equivocada en la circunvalación norte de la ciudad. Pretendíamos localizar la EN13 que nos llevaría directos a Viana do Castelo pero la piciamos. Digo bien porque las vueltas que dimos buscando la carretera fueron incontables. Todo el mundo era muy amable pero todos nos dirigían a la autopista, cosa prohibida para ciclistas. Fueros más de 20 km. en plan turista, peor, inútiles y llegamos a un punto de desesperación tal que abandonados por  la parte más sensata de nuestro ser entramos en la autopista con la idea de avanzar buscando la salida. Visto con la perspectiva que da el estar relajados en casa la vergüenza me invade.

La anécdota del día tenía que llegar y llegó: La policía de tráfico nos localizó y nos paró. Temimos lo peor cuando uno de ellos se puso a manipular algo dentro del coche y nosotros tradujimos el gesto en multazo gordo. Quizá fue las caras de panoli, de cabreo, de susto, yo que se, lo cierto es que este buen hombre se portó genial y después de unas cuantas indicaciones nos dejó continuar.
Localizamos por fin la nacional 13 después de unos cuantos kilómetros más haciendo turismo. Vimos un faro precioso que de otra forma no llegaríamos a encontrar y para contrarrestar, una industria asquerosa con apariencia de refinería y que no teníamos que habernos encontrado.
  
Tal como iba el día acordarse del ingeniero Murphy tenia sentido y desde luego su famosa ley “si algo tiene la posibilidad de salir mal, saldrá mal” no nos defraudó, porque además de lo anterior,  el aire nos empujó hacia atrás insistentemente y encontramos dos puente en obras, uno de ellos lo cruzamos a pie haciendo algún malabarismo dada la estrechez del espacio.

Atravesar Póvoa de Varzim fue una locura mientras duró, se formó una caravana enorme por el centro de la ciudad que tuvimos que ‘torear’ como pudimos entre coches por el asfalto y peatones por las aceras.

Del paisaje no hablo porque tal como transcurrió la etapa ni puñetera gana de fijarme. 

El Albergue da Xuventude bien, en la línea de los anteriores. 32 € habitación doble con baño.
Tenían acceso a Internet pero pagando 2 € por 35’ de uso, carísimo, aunque yo tuve la suerte de que el contador se bloqueo y lo use casi una hora y  además charle con mi hijo por Messenger ahorrándome unas pelas de móvil.

Lo poco que vi de Viana durante el paseo me gustó. Está cerca de Pontevedra así que no descarto una visita con tranquilidad. Una de las fotos muestra un tapete florido que estaba expuesto en una plaza y la otra la famosa iglesia de Santa Luzia.

A última hora del día, en la cafetería del albergue conocimos  a Erik un alemán de unos 70 años pletóricos. Que tío, de mayor quiero estar como él.



Etapa 9.- VIANA DO CASTELO-VALENÇA

54 km

En el desayuno volvimos a coincidir con Erik y admiramos su bicicleta, una híbrida preparada adecuadamente para el cicloturismo de carretera. Salió de Alemania, hizo el Camino Francés y ahora va hacia Málaga bordeando la costa de Portugal pasando por Fátima para finalmente regresar a Alemania vía aérea.  Fabuloso. Si la cara es el espejo del alma a este hombre no se le ve nada cansado. Está estupendo.

Etapa corta la de hoy que además es la última portuguesa y penúltima de nuestro periplo personal. Va acercándose la hora del deber cumplido a la vez que el fin de una ilusión, de un proyecto que resultó estupendo y aconsejable siempre.
Más de lo mismo en lo referente a la carretera, estado regular y siempre en ligera subida.

Llegamos a Caminha y paramos a tomar café. Es la población que marca un punto de ruptura con Portugal pues siendo aun tierra lusa desde aquí se divisa el otro lado del Miño, tierra española. Allá se ve pletórico el monte ‘Santa Tegra’. A partir de aquí, escoltados siempre por el Miño y por su valle llegamos al fin de etapa en Valença do Minho, límite físico con España. Mañana cruzaremos la frontera por el mítico puente de hierro para pasar a Tuy y continuar hasta Pontevedra.

El albergue de peregrinos es nuevo, estupendo y gratuito, aunque echar la ‘voluntad’ en la hucha del mostrador es aconsejable y razonable ya que el albergue necesita un mantenimiento diario que con todo cariño y de forma altruista hacen personas voluntarias de la ciudad.
Hoy tiene un solo habitante, un italiano que va camino de Lisboa. Salió caminando desde Turín hacia Lourdes y continuó por el Camino Francés hasta Santiago. Otro trotamundos.

Hablar de Viana, para nosotros los gallegos  que la tenemos a corta distancia, es hablar de feria semanal a la que casi todo el mundo hemos ido alguna vez,  y de su Fortaleza esa obra de arquitectura militar gótica y barroca tan impresionante, y bien cuidada, cuyos primeros muros fueron construidos en año 1200. Un buen sitio para tomar un arrocito en alguno de sus muchos restaurantes.

La foto aérea de la Fortaleza esta bajada de Internet.



Etapa 10 VALENÇA-PONTEVEDRA-MARIN

64 km

Entramos en España, por Tuy, cruzando el puente de hierro sobre el Río Miño.
Hace mucho tiempo que no circulaba por la carretera N550 y la decepción ha sido enorme. Después de tanta crítica a las carreteras portuguesas debo reconocer que lo peor con diferencia ha sido esta, que esta absolutamente abandonada, sin apenas margen en los arcenes, llena de gravilla y baches para dar y tomar. ¡Toma bofetada!. Un escándalo y un peligro para los ciclistas.

En el tramo Tuy O Porriño se debe atravesar en toda su longitud el polígono industrial. Luego buscar la salida a Redondela y encararse con esos vergonzantes 14 km. por dicha N550.

A la salida de Porriño Daniel continuó hasta Pontevedra por el Camino Portugués original y por lo que me contó salió bastante decepcionado también; en su caso por el abandono y la mala señalización. En ambos casos el trazado es llano.

Estamos hablando ya de una etapa del denominado Camino Portugués a Santiago y por lo tanto con mucha literatura sobre ello al alcance de todo el mundo.

Pasado Redondela, quien continúe por el trazado ‘del camino’ encontrará dos subidas, una pequeña en la Lomba, en Cesantes, y otra larga, la de la Canicouva. Nada que deba preocupar.

Estamos por tierras de las Rías Bajas, así que atentos al increíble paisaje.

Pontevedra es un lugar digno de visita tranquila. Recomiendo pernoctar en el albergue de la Xunta de Galicia que gestionan de forma excelente la Asociación de Amigos del Camino Portugués.

Le llaman la ciudad de la piedra y eso se nota enseguida.

Hay en Pontevedra un casco antiguo muy hermoso con múltiples lugares de tapeo.

No perderse una visita al Santuario de la Peregrina y a la iglesia de Santa María. El museo es uno de los importantes de España. Todo en un pañuelo.


FIN DE RUTA